lunes, 22 de septiembre de 2008

PART 2

si lograron terminar la primera parte ya estaran interezados en terminarla ,, esta es la segunda ....
esto es lo q le damos a charly despues de chuparle la sangre como vampiros ....

Hace diez años, cuando grababa El aguante en Miami, la situación era muy distinta. Fines del uno a uno y alojamiento en el espectacular Delano; allí lo visitó Sergio Marchi para escribir la primera tapa de Rolling Stone: Charly grababa en los estudios Criteria y tomaba margaritas. María Gabriela Epumer estaba viva, Charly todavía no había visitado a Carlos Menem en Olivos, y el experimento impresionista de Say No More aún parecía una etapa, no el camino decisivo, complicado y coherente que es hoy.

“Miro al arco y esquivo patadas como Diego en el gol a los ingleses”, dice Charly, y concede que capaz Maradona es más genio que él, aunque los dos serían, claramente, los únicos genios de la Argentina. “Y si Diego quisiera ser músico lo sería, y sería genial, porque cuando uno es genio, es genio para todo.” Y retoma. “Yo no me puedo hacer cargo. Los únicos que nunca me cagaron fueron las putas, la policía y los fans. Todos los demás me cagaron. Quiero que el país me arregle esto, que alguien me lo arregle. Yo no puedo.” Charly quiere tratamiento especial, y cree que lo merece. ¿Es una demanda descabellada? ¿Por qué habría que hacerse cargo de Charly García? ¿Porque es un genio?

¿Porque es parte del imaginario nacional? Argentina no se caracteriza por cuidar de su patrimonio. Más bien podría decirse que es un país con una personalidad bastante autodestructiva, y en eso también, fatalmente, dos de sus máximos ídolos, Maradona y Charly, se ven en el espeluznante destino de reproducir la neurosis nacional.

Esto a lo que se refiere Charly con un gesto amplio de sus manos como garras, esto, lo que hay que arreglar, no es una sola cosa. Pero es, básicamente, una decadencia económica que a Charly se le antoja escandalosa. El le dio forma a la cultura popular de este país, sostiene. No es posible que lo hayan (hayamos) abandonado. “La gente es de determinada manera por mí. Sin mí existirían, pero serían diferentes. ¿Estamos? Bueno. Bueno. Entonces, no quiero el Oscar en vida.” Después contará, caóticamente, algunas de las causas de su crisis económica: Daniel Grinbank lo habría estafado con un contrato en la era Serú Giran. “Es Satanás”, define y no es abrupto. Son rencores que se remontan a los inicios del rock nacional como negocio, pero que Charly mismo pintó con aerosol aún fresco en sus paredes: cuenta que lo hizo firmar un papel en blanco donde cedía todos sus derechos, que después compró por apenas 300 mil pesos de aquella época el empresario Pelo Aprile. También su propia madre sería parte de una conspiración que le quitó plata cuando estuvo internado en un instituto psiquiátrico; y finalmente tiene embargado el dinero de SADAIC por juicios que le hicieron músicos –él sólo nombra a Rinaldo Rafanelli, pero otras fuentes hablan de varios más– a quienes no les habría pagado un dinero que supuestamente les correspondería. Debe existir el vericueto legal para que García pueda cobrar el dinero que le corresponde mientras se resuelven las demandas, pero

¿lo consultó con algún abogado? De a ratos dice que sí, que va a iniciar alguna acción. Pero se enoja otra vez. Porque él es un artista, él no puede estar ocupándose de estas cosas. Tiene razón: la mayoría de las estrellas de su estatura, la mayoría de los artistas que crean y viven en el caos necesitan la ayuda de alguna cabeza fría. Ya lo dijo en su entrevista de RS 1: “Yo soy lo que hago y son las mismas canciones las que te arrastran a esos estados emocionales jodidos para el que no puede bancarse un estado emocional así. Entonces, la gente jode y pretende que vayas al banco a las nueve de la mañana después de haber grabado toda la noche, y una serie de pelotudeces así”. Hoy, Charly está solo. Es difícil puntualizar cómo se fue desarrollando la pérdida del entorno, pero averiguando entre gente del mundo de la música, la explicación, que viene acompañada de un encogimiento de hombros, es casi siempre la misma: “Se peleó con todo el mundo”. Casi. Había fans que llevaban aquel brazalete que diseñó hace unos años, él los llamaba Los Aliados. Antes solían quedarse en la puerta de su casa. Ahora no aparecen tanto. Puede ser una desaparición circunstancial, y muchas veces se subestima la importancia de García para los artistas más interesantes de las nuevas generaciones: Irupé Tarragó Ros era una de las portadoras del brazalete; Celeste Cid fue la musa de “Asesíname”; Albertina Carri eligió la canción “Influencia” para cerrar Los Rubios, su documental sobre la desaparición de sus padres y la construcción de su propia identidad. Palito Ortega, que canta con Charly en Kill Gil (la épica “Corazón de hormigón”) y que prestó el estudio de grabación, decía: “Lo que necesita es un manager con «M» mayúscula”. No lo tiene. “Mi último manager está preso en España”, cuenta Charly. “Y hace poco me estaba ayudando Gaby Alvarez, que no va a salir por un rato largo.” Con su hijo Migue, que lo ayudaba con las finanzas, las relaciones están cortadas. Charly se ríe espasmódicamente, con algo que sólo puede definirse como pícara amargura. “The dream is over”, repite, y vuelve a arremeter furioso: “Yo soy lo más y todo lo demás no existe. Quiero que publiquen eso, pero no dicho por mí, sino porque lo piensan. ¿O son sordos? ¿Catupecu Machu es música? ¿Babasónicos es música? ¿Los Piojos? ¿Airbag? ¿Cómo puede ser que ellos graben discos y a mí me rechacen Kill Gil? Un grupo de tarados que no sabe cómo afinar una guitarra, es ruido, hay una diferencia con lo que yo hago”. Lo dice a los gritos. “Anotá: «Dream is over». Anotá. ¿Por qué los críticos ponen que esos grupos son buenos? ¿No entienden nada? ¿Es todo negocio, es para vender revistas?”
– A lo mejor les gustan esas bandas. A lo mejor escriben de buena fe, ¿no se te ocurrió?
–Entonces que se vayan a la mierda. Morirán siendo argentinos, mediocres. El rock se volvió una cagada. Se terminó todo.

El Kill Gil que se filtró a fines de 2006 por Internet es parecido al que tiene Charly García en su casa, pero no es tan bueno. Nunca dejó de trabajar en el disco, con esa técnica de sobregrabaciones, collage, loops, superposiciones, para quebrar “la manera cuadrada de hacer discos”, y suena cada vez mejor, más completo, con canciones que están a la altura de los mejores momentos de su carrera, especialmente una llamada “Pastillas”, que es tristísima, estaría dedicada “al hijo” y es “lo contrario a «Plegaria para un niño dormido». “¿Viste que los padres les cantan y les escriben a los chicos para que se duerman? ¡Yo quiero que se despierten!”. “Te doy este auricular y un disco para mirar/ Y una receta más para que salgas a pasear/ La gente que nunca duerme es más real/ No sé si la luna te hace reconciliar/ Te voy a dar un colchón con ruedas y un planeador para que puedas ver toda tu vida desde acá/ No sé por qué estás durmiendo a esta hora ya/ Mentiras y un hogar que no es mi hogar.”
...... parte 3 ....

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